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Tras una rápida carrera por diversos equipos, entró a las ligas menores de los Yankees. Su primer contrato se lo pagaron con ocho dolares y un par de zapatos para béisbol, pero muy pronto esas cifras se multiplicaron. Los observadores estaban ante un verdadero prodigio del bateo, a pesar de que no era zurdo, una condición que se consideraba esencial en aquel entonces. En 1933 su promedio de bateo fue de .340, con 28 bolas fuera del parque, 45 batazos de doble mérito, 13 triples y 169 carreras impulsadas. En 1936 ingresó en la Liga Americana, de la que fue escogido como mejor jugador del año en tres oportunidades, y se consagró como el mejor bateador de la época, con promedios de 339 y cerca de 30 cuadrangulares por temporada. Al terminar la remporada, el que lo regañaba por jugar al béisbol en vez de estudiar, fué uno de los tantos que lo aplaudió cuando llegó de visita a San Francisco, en donde fué paseado en hombros por los pescadores de los muelles.
En la temporada del 41, Dimaggio comenzó a jugar apenas en mayo, cuando los yankees habían perdido cuatro encuentros seguidos y siete de nueve, y se encontraban a cinco juegos y medio de los Indios de Cleveland. El público,acostumbrado a las excepcionales actuaciones de Joe en las temporadas del 39 y el 40, estaba un tanto decepcionado con el bajo rendimiento de bateo de Dimaggio. Sin embargo,el hijo del pescador siciliano comenzó a mejorar poco a poco su nivel de bateo. El 24 de mayo, los Yankees perdían con Boston 6 a 5 y dos jonrones suyos le dieron la vuelta al resultado.
Entre 1942 y 1946, mientras prestó el servicio militar, poco se habló de él. En 1944 fue hospitalizado a causa de una ulcera y en el 47 fué
escogido como el mejor jugador de la Liga Americana, pero, a partir de
1948, un intenso dolor en el brazo y el pie izquierdo precipitaron su
retiro.
Joe DiMaggio fue un bateador por excelencia y símbolo del mejor
béisbol de mediados de siglo, pero también logro colarse en la leyenda
por haberse casado con Marilyn Monroe. Y si la historia del deportista
resulta apasionante, mucho más la del hombre que intentó salvar a su
esposa de las garras de Hollywood, la perdió por culpa del cine, y tuvo
que enterrarla amargado y resentido con todos aquellos que la habían
arrastrado a la pantalla gigante.
Edwin "Kako" Vazquez es Escritor e Historiador en deportes.
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Open to the UNIVERSE in 2005 and beyond
Cuidese...que de los buenos quedamos pocos...
From the Old Shortstop...
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