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San Pedro de Macorís es un pueblo de la Republica Dominicana que ha sido
una cantera de jugadores de pelota que han triunfado en el béisbol de las
Grandes Ligas. Sin embargo había un niño que deambulaba por las calles de
Macorís con su "caja de limpiabotas" tratando de ganar algún dinero para poder
comer si acaso y ayudar a su familia. Una vida bastante dura que se repite
a diario en las calles de un pueblo alegre y que se inunda con una verguenza
deportiva de grandes alturas. Samuel "Sammy" Sosa no tenía ni la más
remota idea de lo que el destino le deparaba, todo aquel sacrificio en sus
días de niño se convertiría en un gran final. La historia empieza cuando Sosa
conoce a un hombre llamado Bill Chase el cual se convertiría en su padre de
crianza, un norteamericano que tenía un buen ojo para el talento. Este
hombre le dió a Sammy el apoyo y la motivación para superarse y empezar su peregrinación rumbo a las Grandes Ligas.
Al recordar la niñez de Sosa vemos aquellos niños, que hacían guantes de béisbol con cartones de leche. La pelota era de medias cubiertas con
trapo. De las ramas de los árboles construían sus bates, y así de esta
manera aquellos niños eran felices jugando tal vez el único juego juego
que su rango económico les permitía "El Béisbol".
En San Pedro de Macorís, Chase tenía una fábrica de zapatos. Se dió
cuenta de que Samuel, el flaquito lustrabotas, tenía "algo" en la mirada.
Le daba un peso al día y Sosa volvía al otro día con ganas de trabajar, de
hacer algo, cualquier cosa. El entusiasmo que tenía llevó al empresario a
desarrollar un cariño especial por el adolecente que luego llegó tan lejos.
Chase, quien tiene tres hijos propios, empezó a llevarlo a su casa a pasar
los fines de semana, y lo integró a su familia poco a poco.
Se acercaba el momento y Sosa después de trabajar duro se graduó al ser firmado por los Rancheros de Texas a la edad de 16 años. Le dieron un bono
de $3,300 dolares los cuales se los dió a su madre y le dijo que le
comprara una bicicleta. Desde ese momento el sabor del triunfo tocó a las
puertas de la vida de Samuel Sosa convirtiendolo en lo que hoy es, "un gran
pelotero dominicano" de unas cualidades profundas y de una personalidad de
altura, que reparte palos a granel llamados en el béisbol, "cuadrangulares", pelotitas blancas que pasan como aviónes por encima de las verjas de los estadios.
Edwin "Kako" Vazquez es Escritor e Historiador en deportes.
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Cuidese...que de los buenos quedamos pocos...
From the Old Shortstop...
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